Oleksandr Usyk lo volvió a hacer. En la esperada revancha ante Daniel Dubois, el ucraniano se impuso con maestría y selló su legado como campeón indiscutido del peso pesado. Con los cuatro cinturones (WBA, WBC, IBF y WBO) sobre sus hombros, Usyk demostró por qué es uno de los grandes de esta era. La pelea fue tensa, técnica y emocional. Dubois llegó más agresivo, pero Usyk impuso su ritmo desde el segundo asalto. A lo largo de 12 rounds, controló la distancia, esquivó con inteligencia y respondió con precisión quirúrgica. El asalto 8 fue clave: un uppercut al hígado de Dubois casi lo deja fuera. En el 12, con la arena en pie, el ucraniano cerró a lo grande y unificó todo. ¡Histórico!

 





 

