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Larry Holmes

Larry Holmes

Larry Holmes, conocido como "The Easton Assassin", fue uno de los más grandes campeones de los pesos pesados, famoso por su legendario jab y su mentalidad inquebrantable. A pesar de sus inicios humildes, se coronó campeón mundial en 1978 tras vencer a Ken Norton y defendió su título 20 veces consecutivas. Holmes enfrentó a grandes nombres del boxeo, incluidos Muhammad Ali y un joven Mike Tyson. Su estilo calculador y su ética de trabajo lo convirtieron en una leyenda. Aunque no siempre fue el más mediático, su legado en el ring es eterno, un verdadero campeón que nunca se rindió.

Larry Holmes: El Campeón Inquebrantable que Defendió su Trono como un Guerrero

Cuando hablamos de boxeadores legendarios, es inevitable mencionar a los nombres más sonados: Muhammad Ali, Mike Tyson, George Foreman… Pero entre esos titanes, hay un campeón que tal vez no reciba la misma atención mediática, pero cuyo legado es indiscutible. Larry Holmes, conocido como «The Easton Assassin», fue un verdadero gigante en el ring. Un campeón que defendió su cinturón una y otra vez, con una de las mejores izquierdas de la historia del boxeo y una mentalidad de hierro. Larry Holmes es de esos boxeadores que demuestran que no todo es carisma o show; a veces, el boxeo es simplemente pegar más fuerte, con más precisión y más inteligencia.

El Comienzo de una Leyenda Inesperada

Larry Holmes no nació con los reflectores sobre él. Nació en Easton, Pennsylvania, un lugar humilde que forjó su carácter. Como muchos otros boxeadores, Holmes encontró en el boxeo una vía para escapar de las dificultades económicas. No tenía una infancia de lujos, ni entrenadores a su disposición desde pequeño. De hecho, trabajaba de todo, desde albañil hasta lavaplatos, mientras entrenaba. Holmes tuvo que ganarse cada golpe, no solo en el ring, sino en la vida.

El destino, sin embargo, le tenía preparada una oportunidad. Larry Holmes fue sparring de leyendas como Muhammad Ali y Joe Frazier, y eso no es poca cosa. Imagínate lo que es estar ahí, compartiendo golpes con los mejores del mundo, día tras día, absorbiendo la sabiduría de los campeones. Si alguien estaba aprendiendo de los grandes, ese era Holmes. A pesar de su humildad, ya estaba construyendo una base sólida para convertirse en uno de los grandes del boxeo.

Un Jab que Podría Romper Muros

Si hay algo que definió la carrera de Larry Holmes fue su legendario jab. Un golpe tan perfecto, tan preciso, que muchos consideran el mejor jab de la historia. Y es que Holmes no solo usaba el jab para mantener a sus rivales a distancia; lo usaba como su arma principal. Un jab bien colocado puede destruir la moral de un oponente, y eso es exactamente lo que hacía Holmes. Con su larga envergadura y su increíble habilidad para medir la distancia, podía controlarte desde el principio del combate hasta el final. Mientras otros boxeadores buscaban el KO con sus ganchos o uppercuts, Holmes se concentraba en desmantelarte golpe a golpe.

Muchos subestimaron su poder por esto, pero aquellos que se enfrentaron a él sabían que cada jab dolía como una pequeña bala. Holmes no necesitaba que un solo golpe te noqueara, porque sabía que después de recibir 50 jabs a lo largo de la pelea, estarías listo para caer. Era una estrategia que le funcionó maravillosamente, llevándolo a ser campeón del mundo.

La Coronación: Campeón Mundial de los Pesos Pesados

En 1978, Holmes tuvo su oportunidad de brillar cuando se enfrentó a Ken Norton por el título de los pesos pesados del Consejo Mundial de Boxeo (WBC). Esta pelea es recordada como una de las más épicas en la historia del boxeo, especialmente por ese 15º asalto, donde ambos boxeadores dejaron absolutamente todo en el ring. Al final, Holmes salió victorioso por decisión dividida, y así comenzó su reinado como campeón.

Y vaya reinado. Larry Holmes defendió su título nada menos que 20 veces consecutivas, una cifra impresionante que lo coloca en un lugar privilegiado entre los campeones de los pesos pesados. A lo largo de su carrera, Holmes se enfrentó a lo mejor de lo mejor: Earnie Shavers, Gerry Cooney, y hasta un joven y feroz Mike Tyson. Sin embargo, una de las peleas que más destacó fue su enfrentamiento contra la leyenda viva del boxeo, Muhammad Ali.

La Pelea contra Ali: Pasando la Antorcha

En 1980, Larry Holmes se enfrentó a su antiguo mentor y amigo, Muhammad Ali, en lo que fue una pelea muy esperada. Para entonces, Ali ya no era el mismo boxeador que había maravillado al mundo. Aunque seguía siendo un ícono, el paso del tiempo y las guerras en el ring le habían pasado factura. Holmes, quien había entrenado junto a Ali en sus mejores años, mostró una mezcla de respeto y profesionalismo durante la pelea.

El resultado fue una clara victoria para Holmes, quien dominó la pelea desde el principio hasta el final, hasta el punto en que el entrenador de Ali tiró la toalla en el décimo asalto. Aunque Holmes ganó, lo hizo con un corazón dividido. Sabía que había derrotado a su ídolo, pero también sabía que Ali ya no estaba en su mejor momento. En muchos sentidos, fue una pelea simbólica; Holmes era el nuevo rey del boxeo, pero lo hizo tras pasar por encima de la leyenda más grande del deporte.

El Hombre que Casi Rompió la Racha de Rocky Marciano

Una de las grandes motivaciones de Larry Holmes fue siempre superar la marca de Rocky Marciano, quien había sido el único campeón de los pesos pesados en retirarse invicto, con un récord de 49-0. Holmes estuvo a punto de igualar esa hazaña, pero su racha de 48 victorias consecutivas llegó a su fin en 1985, cuando fue derrotado por Michael Spinks en una pelea muy disputada. A pesar de la derrota, Holmes siguió siendo una figura dominante en el mundo del boxeo, y su legado estaba más que asegurado.

Holmes intentó recuperar el título en la revancha contra Spinks, pero nuevamente perdió en una decisión controversial. Luego, en 1988, se enfrentó a un Mike Tyson joven, rápido y brutal, quien estaba en la cima de su carrera. A pesar de que Holmes era ya un veterano, decidió dar la batalla, pero fue noqueado por Tyson en el cuarto asalto.

Un Campeón Fuera del Ring

Larry Holmes no solo dejó su marca en el ring, también fuera de él. Después de su retiro, se convirtió en un hombre de negocios exitoso, invirtiendo en propiedades y abriendo su propio club de entretenimiento. Siempre fue un tipo sencillo y trabajador, alguien que nunca olvidó sus raíces y que, incluso en la cima de su carrera, seguía siendo accesible y humilde.

Holmes también se mantuvo cerca del boxeo, entrenando a jóvenes talentos y compartiendo su sabiduría con la nueva generación de boxeadores. Su mentalidad siempre fue la de un trabajador incansable, alguien que nunca se rendía y que sabía que la clave del éxito era la constancia y el esfuerzo.

El Legado de Larry Holmes

El legado de Larry Holmes es indiscutible. Puede que no sea tan mediático como otros campeones, pero su nombre está grabado en la historia del boxeo. Defendió su título 20 veces, mantuvo una racha de victorias impresionante y fue campeón durante más de 7 años, una hazaña que pocos han igualado. Además, dejó una huella imborrable en el deporte gracias a su inteligencia dentro del ring, su famoso jab y su ética de trabajo inquebrantable.

Holmes demostró que el boxeo no es solo poder y espectáculo; es también estrategia, paciencia y perseverancia. Su historia es la de un hombre que, contra todo pronóstico, llegó a la cima y se mantuvo allí durante mucho tiempo. Aunque no siempre fue el más carismático ni el más querido por la prensa, su legado está más vivo que nunca entre los verdaderos fans del boxeo.

Así que, la próxima vez que pienses en los grandes campeones de los pesos pesados, no olvides mencionar a Larry Holmes, el hombre que golpeaba como una máquina y defendía su cinturón con el corazón de un verdadero guerrero.

Foto: larry-holmes-vs-mike-tyson-

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